Louise Cox, Presidenta de la Unión Internacional de Arquitectos sentenció que el rescate de la vida en los Centros Históricos sólo se dará con la cooperación mutua del gobierno, expertos en la construcción y los propios habitantes de la zona, subrayando que lugares como Puebla y La Habana se perfilan a alcanzar esta meta.
En su participación dentro del Congreso Internacional de Arquitectura “Ciudades Vivas y sus Centros Históricos”, la especialista indicó que el lograr la participación conjunta de profesionales en la materia con la autoridad y la gente que vive en el cuadrante a atacar, ha sido un problema que ha provocado que muchas veces se hagan proyectos que nada tienen que ver con el perfil de la ciudad en cuestión.
Acotó que sólo en casos como el de La Hábana se muestra un avance importante en la materia dado que se ha utilizado la gente local para cooperar en la restauración de los Centros Históricos de forma que las personas que salieron están regresando a los edificios.
Subrayó que el esquema funciona, de forma que la gente local se organiza para hacer restauraciones en la parte en la que vive, lo mismo que al parecer se hace en Puebla, dijo.
Resaltó, sin embargo, que los proyectos deben ser integrales y no pueden avanzar si el gobierno no hace su parte, “hay que meterle dinero, muchas veces el gobierno no lo hace”.
La aportación de la autoridad no es exclusivamente en dar capital para proyectos sino en promover incentivos para que los habitantes se integren y participen en los planes.
“Es importante que las mismas personas tengan incentivos para arreglar sus edificios, la gente ayude a sus propios edificios y se tenga el orgullo de haber logrado algo”, asentó.
A la par, el gobierno debe abrir los canales de comunicación con los profesionales en la construcción a fin de asesorarse y encontrar la viabilidad de un proyecto determinado. Consideró que tal es una de las principales deficiencias a atacar pues hay una cerrazón sistemática a este vínculo, “es importante que las personas se organicen; es un mejor resultado aunque cueste trabajo la discusión entre estas personas, el no ver el otro lado de la moneda”.
En su participación dentro del Congreso Internacional de Arquitectura “Ciudades Vivas y sus Centros Históricos”, la especialista indicó que el lograr la participación conjunta de profesionales en la materia con la autoridad y la gente que vive en el cuadrante a atacar, ha sido un problema que ha provocado que muchas veces se hagan proyectos que nada tienen que ver con el perfil de la ciudad en cuestión.
Acotó que sólo en casos como el de La Hábana se muestra un avance importante en la materia dado que se ha utilizado la gente local para cooperar en la restauración de los Centros Históricos de forma que las personas que salieron están regresando a los edificios.
Subrayó que el esquema funciona, de forma que la gente local se organiza para hacer restauraciones en la parte en la que vive, lo mismo que al parecer se hace en Puebla, dijo.
Resaltó, sin embargo, que los proyectos deben ser integrales y no pueden avanzar si el gobierno no hace su parte, “hay que meterle dinero, muchas veces el gobierno no lo hace”.
La aportación de la autoridad no es exclusivamente en dar capital para proyectos sino en promover incentivos para que los habitantes se integren y participen en los planes.
“Es importante que las mismas personas tengan incentivos para arreglar sus edificios, la gente ayude a sus propios edificios y se tenga el orgullo de haber logrado algo”, asentó.
A la par, el gobierno debe abrir los canales de comunicación con los profesionales en la construcción a fin de asesorarse y encontrar la viabilidad de un proyecto determinado. Consideró que tal es una de las principales deficiencias a atacar pues hay una cerrazón sistemática a este vínculo, “es importante que las personas se organicen; es un mejor resultado aunque cueste trabajo la discusión entre estas personas, el no ver el otro lado de la moneda”.
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